Desde el sector empresario aseguran que faltan políticas de desarrollo para atraer inversores y que varias de las firmas eligen irse hacia Neuquén, Río Negro o el norte del país. Hoy quedan alrededor de 68 empresas en el polo de Trelew, que concentran tan solo 2.370 puestos de empleo.
La última encuesta de la Cámara del Parque Industrial de Trelew dio un total de 68 empresas con 2.370 empleados. Los rubros incluyen textiles sintéticas, laneras, barracas, mecanometalúrgicas, constructoras, premoldeados y hormigón, ladrilleras, transportes, elaboración de bebidas, pesqueras, servicios, instituciones y “otras”.
Para agosto de 2017, se verificaba una disminución de 122 empleos, con incidencia en despidos de las textiles y también de las constructoras. También las ladrilleras han mostrado severos problemas en el último tiempo. Muchos de los problemas son por la caída del consumo, y en su gran mayoría también responden a la pérdida absoluta de competitividad respecto a otras regiones del país.
Hoy los números se han actualizado. De octubre del año pasado a esta parte cerró la hilandería de Sedamil, se presentó el concurso de acreedores en abril para toda la empresa, hubo despidos en las ladrilleras y recientemente se sumaron otros 12 despedidos en Propulsora Patagónica.
Dentro de este contexto, existen empresarios y capitales locales que se están yendo del parque industrial de Trelew para volcar sus inversiones en otras provincias con mejores condiciones de desarrollo o directamente emigran para radicarse y probar suerte en otros puntos del país.
Claro está que la crisis terminal está dentro del rubro textil, por ser un sector de los denominados “sensibles” que hoy no tiene protección alguna y está sufriendo los efectos de la apertura importadora, con competidores que antes venían de Asia, pero que ahora también provienen del vecino país de Brasil. En cualquiera de los casos los productos terminados ingresan al país a menos de la mitad de precio y terminan destruyendo el mercado doméstico. En ediciones anteriores el Económico, un año atrás, ya advertía sobre las voces del empresariado del parque que hablaban de la posibilidad de despidos o eventuales cierres si el contexto no se modificaba. Allí varios empresarios textiles advertían sobre un consumo en baja, la pérdida de competitividad, la necesidad de incentivos y sobre el impacto en el aumento de los servicios. Hoy esa realidad ya es un hecho y hace un tiempo se está transitando el camino de la emigración de los inversores de la zona.
Pero el parque atravesó por diferentes etapas. Los comienzos del Polo Textil en la década del 70 con la Promoción Industrial y la consolidación en los 80´. Luego una profunda decadencia con apertura de mercados en los 90´, donde se pasó de más de 6.000 empleos a 2.000. Con el ingresó en los años 2000, ese número de poco más de 2.000 trabajadores se fue redujendo a menos de 1.000 hoy. En todo el parque, con todas las empresas de los sectores, se llega apenas a un total de 2.370 trabajadores.
Desde el sector empresario hablan de falta de políticas de desarrollo en la provincia para industrializar los productos, darle mayor valor agregado y con costos más competitivos. “Claramente hoy no hay ningún beneficio de estar instalado en el Parque Industrial de Trelew. No nos hemos ocupado en este tiempo de poner alguna serie de diferencial o políticas de desarrollo que incentiven a que se instale la industria en la provincia”, aseguró Martín Castillo, titular de la Cámara del Parque Industrial de Trelew.
Respecto al sector textil, el empresario explicitó que “la historia del parque nos marcó que de los 90´ para acá se fueron cerrando algunas empresas. Las que quedaron son las más serias, que se reconvirtieron. Pero hoy se está haciendo muy difícil, porque están las empresas más grandes y más serias, más emblemáticas en problemas. Y claramente eso es lo que está pasando”.
Capitales en fuga
Castillo fue concreto. “Sin duda que hasta incluso capitales locales se están yendo a otras regiones a desarrollarse en la zona de Neuquén, Salta, La Rioja, Catamarca, donde de alguna manera las condiciones son un poco más competitivas. La forma de resolver los conflictos en nuestra provincia afecta y mucho a la toma de decisiones de inversión”.
Acotó que “tenemos empresas que han crecido en La Rioja, Catamarca mucho en comparación a las fábricas que tenían sedes acá en Trelew desde antes, pero siguen teniendo la misma cantidad o menos, e incluso están cerrando, y eso es notable, no nos hemos ocupado de darle competitividad a nuestra industria y es lo que estamos pagando”. Opinó que “nos hemos quedado con lo peor de la forma de resolver la cosa, copiando al petróleo el grado de conflictividad. Y está llevando a que las empresas a la hora de tomar decisiones de instalarse o donde seguir reinvirtiendo para ser competitivos no se está eligiendo el parque de Trelew y eso es alarmante”.
Para agosto de 2017, se verificaba una disminución de 122 empleos, con incidencia en despidos de las textiles y también de las constructoras. También las ladrilleras han mostrado severos problemas en el último tiempo. Muchos de los problemas son por la caída del consumo, y en su gran mayoría también responden a la pérdida absoluta de competitividad respecto a otras regiones del país.
Hoy los números se han actualizado. De octubre del año pasado a esta parte cerró la hilandería de Sedamil, se presentó el concurso de acreedores en abril para toda la empresa, hubo despidos en las ladrilleras y recientemente se sumaron otros 12 despedidos en Propulsora Patagónica.
Dentro de este contexto, existen empresarios y capitales locales que se están yendo del parque industrial de Trelew para volcar sus inversiones en otras provincias con mejores condiciones de desarrollo o directamente emigran para radicarse y probar suerte en otros puntos del país.
Claro está que la crisis terminal está dentro del rubro textil, por ser un sector de los denominados “sensibles” que hoy no tiene protección alguna y está sufriendo los efectos de la apertura importadora, con competidores que antes venían de Asia, pero que ahora también provienen del vecino país de Brasil. En cualquiera de los casos los productos terminados ingresan al país a menos de la mitad de precio y terminan destruyendo el mercado doméstico. En ediciones anteriores el Económico, un año atrás, ya advertía sobre las voces del empresariado del parque que hablaban de la posibilidad de despidos o eventuales cierres si el contexto no se modificaba. Allí varios empresarios textiles advertían sobre un consumo en baja, la pérdida de competitividad, la necesidad de incentivos y sobre el impacto en el aumento de los servicios. Hoy esa realidad ya es un hecho y hace un tiempo se está transitando el camino de la emigración de los inversores de la zona.
Pero el parque atravesó por diferentes etapas. Los comienzos del Polo Textil en la década del 70 con la Promoción Industrial y la consolidación en los 80´. Luego una profunda decadencia con apertura de mercados en los 90´, donde se pasó de más de 6.000 empleos a 2.000. Con el ingresó en los años 2000, ese número de poco más de 2.000 trabajadores se fue redujendo a menos de 1.000 hoy. En todo el parque, con todas las empresas de los sectores, se llega apenas a un total de 2.370 trabajadores.
Desde el sector empresario hablan de falta de políticas de desarrollo en la provincia para industrializar los productos, darle mayor valor agregado y con costos más competitivos. “Claramente hoy no hay ningún beneficio de estar instalado en el Parque Industrial de Trelew. No nos hemos ocupado en este tiempo de poner alguna serie de diferencial o políticas de desarrollo que incentiven a que se instale la industria en la provincia”, aseguró Martín Castillo, titular de la Cámara del Parque Industrial de Trelew.
Respecto al sector textil, el empresario explicitó que “la historia del parque nos marcó que de los 90´ para acá se fueron cerrando algunas empresas. Las que quedaron son las más serias, que se reconvirtieron. Pero hoy se está haciendo muy difícil, porque están las empresas más grandes y más serias, más emblemáticas en problemas. Y claramente eso es lo que está pasando”.
Capitales en fuga
Castillo fue concreto. “Sin duda que hasta incluso capitales locales se están yendo a otras regiones a desarrollarse en la zona de Neuquén, Salta, La Rioja, Catamarca, donde de alguna manera las condiciones son un poco más competitivas. La forma de resolver los conflictos en nuestra provincia afecta y mucho a la toma de decisiones de inversión”.
Acotó que “tenemos empresas que han crecido en La Rioja, Catamarca mucho en comparación a las fábricas que tenían sedes acá en Trelew desde antes, pero siguen teniendo la misma cantidad o menos, e incluso están cerrando, y eso es notable, no nos hemos ocupado de darle competitividad a nuestra industria y es lo que estamos pagando”. Opinó que “nos hemos quedado con lo peor de la forma de resolver la cosa, copiando al petróleo el grado de conflictividad. Y está llevando a que las empresas a la hora de tomar decisiones de instalarse o donde seguir reinvirtiendo para ser competitivos no se está eligiendo el parque de Trelew y eso es alarmante”.
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