miércoles, 13 de febrero de 2019

Abuso sexual Puerto Pirámides: Docente acusada es titular en escuela madrynense


Bárbara de Cristófano, maestra, deberá afrontar un juicio oral por abuso sexual infantil cometido contra su propio hijo. La causa se había iniciado en noviembre de 2016 y pese a la postura de la fiscalía que propuso cerrar la misma, entre el 25 y 28 de marzo tanto la docente como su pareja, Julián Morón deben enfrentar el caso en los estrados. De Cristófano había sido separada por el Ministerio de Educación en su cargo en Puerto Pirámides. Fue empleada en la Municipalidad de la villa balnearia tras la decisión de la cartera que conduce Graciela Cigudosa. Ante el inminente inicio de clases, la sorpresiva determinación: la acusada de haber abusado de su hijo titularizó un cargo que se hará efectivo en la escuela 84 de Puerto Madryn.
>Marzo. Mes de comienzos de clases. También del juicio que se le sigue a la docente Bárbara de Cristófano quien es acusada de abusar de su hijo junto a su pareja, Julián Morón. Separada de su cargo en Pirámides en 2017 por parte de la supervición de nivel inicial, será maestra titular en la histórica escuela 84 de Puerto Madryn.
Las paradojas y las simultáneas decisiones parecen abrazarse en el azar. Deberá ser así o sino moriremos guionados por un ejército de Duranes Barbas que, pese a su condición de extranjero no corre riesgos de ser deportado (en todo caso es a él a quien le roban y no viceversa), nos transforman en autómatas.
Pues bien. Supongamos que sí que las casualidades existen y entonces analicemos cómo, fruto de esas coincidencias, se eslabona una cadena que pareciera conducir a un sitio con aroma a impunidad.
¿Qué destacan las bonitas publicidades tanto de Puerto Madryn como de Puerto Pirámides?
La belleza inocultable de una tierra que si existe el paraíso pareciera estar cerca del sur de la Argentina. Pese a tanta lindura patentada en el Golfo con ansias de extenderse por todo el territorio chubutense (marketing mediante, esa es la apuesta previa a las elecciones 2019), hay cierta mugre que ni el exitoso GIRSU puede esconder, tritura o evaporar aquí, en donde el paraíso se envuelve entre penínsulas, ballenas y delfines, orcas o elefantes marinos, médanos enormes ideales para la práctica de deportes curiosos y cool.
Silencio, pericias y expedientes
En noviembre de 2016 una denuncia en los tribunales madrynenses debió haber sacudido la modorra de doña impunidad. La información que manejaban sectores del poder ejecutivo local en torno a dos niños y la relación con un espacio a cargo del área de desarrollo social, no bastó para que los medios ávidos de noticias con impacto tuviesen su dosis diaria de estruendo. Es que cuando se quiere hacer silencio, como en la estampa de la enfermera del cuadro de cualquier hospital, aunque más no sea por un tiempo, se consigue. Para ello basta subirse a la cantinela de la frase:” De eso no se habla. Se puede re-victimizar a la víctima”. Entonces habrá un coro de especialistas en temas espinosos que repetirán lo mismo como un mantra interminable.
Fue aquélla presentación en la justicia de #lamáslinda que mencionaba la sigla dramática de estos tiempos. ASI. Su traducción: Abuso Sexual Infantil. Tres palabras que, al unirse, generan cuchicheos, pero también espacios de contención y redes como ese grupo de madres que decidieron unirse creando, entre otras cosas, un grupo en facebook que lleva el nombre de “No al abuso sexual infantil”. Tres marchas en las calles de la ciudad y algunas entrevistas con responsables de la temática en el pueblo con mar.
Una de ellas, Alejandra Hernández, fiscal especializada en el tema y quien, junto con la fiscal Angélica Cárcano, intervinieron en primera instancia ante la denuncia suscripta por el padre de un niño abusado. Los exámenes de rigor no bastaron para que la causa tuviese el curso propuesto por la jueza Stella Eizmendi quien pidió 6 meses de investigación.
No.
Una cámara gessel -en donde deben declarar los menores por se menores- interrumpida y nunca retomada por las mismas protagonistas, más una pericia psicológica firmada por las licenciadas Mariana Pastor y Silvia Sarubinsky fueron, según las responsables de asumir el rol acusatorio de pedir el archivo de la causa por considerar que el niño estaba relatando “un cuentito” producto de haber quedado en el medio de un fuego cruzado de un papá y una mamá que no supieron reencauzar sus vidas tras una separación conflictiva. La contundencia de la rúbrica de Pastor y Sarubinsky ha sido tal que se aferraron a un síndrome, el de alienación parental, para demostrar que el testimonio del pequeño en donde narraba que había sido abusado por su mamá, el compañero de su mamá y por varias personas que asistían a su casa; era un texto memorizado por las indicaciones de su padre.
Vale consultar con especialistas hablando de ellos, el valor que se le da a este síndrome como para entender las argucias que se hilvanaron para hacer “caer una causa” antes de siquiera que comience: claro, los nombres que nombraba el menor están ligados al poder regional y por eso el tema “quemó” entre abogados, integrantes del poder jucidial, dirigentes políticos, funcionarios de los poderes ejecutivos de ambas orillas y medios de comunicación que solamente se refirieron al tema cuando en una sesión del Concejo Deliberante de Puerto Madryn (en donde hablando de paradojas funciona el CONAF, órgano que trabaja con la problemática y que nunca, a través de sus componentes, salió a explicar la situación), en el medio de chicanas, dos ediles se enrostraron causas en la justicia con olor a política.
Fue ahí cuando el fiscal, jefe de fiscales de Madryn, sostuvo que “no, no hay nadie de la dirigencia política implicado en un caso de abuso sexual”. Y tenía razón el fiscal jefe.
Porque a pesar de sus intentos y de quienes integran su equipo por cerrar la causa, la jueza Eizmendi extendió el plazo de investigación al encontrar pruebas suficientes para seguir investigando. Con un detalle no menor.
La fiscalía se apartó de su tarea acusatoria y solamente se llegó a instancias de juicio debido al trabajo de la querella que, en representación de los denunciantes en noviembre de 2016, lograron entre otros aspectos que las pericias a cargo de la dupla Sarubinsky-Pastor fuesen realizadas nuevamente y ahora, con la experiencia de la dra. Elsa Sánchez quien trabajó en la cámara gessel, suspendida en el aire, durante un largo tiempo tras la interrumpicón de quienes hablaban de alienación parental.
En abril de 2018 se decidió que la causa se elevara a juicio oral.
El mismo que se va a realizar entre el 25 y 28 de marzo ante un tribunal compuesto por dos juezas y un juez en quien recayó la presidencia.
¿Por qué las paradojas?
En las semanas previas al juicio ingresó al colegio de abogados de la ciudad una nota confeccionada por la fiscal Alejandra Hernández en donde se queja de la conducta de la psicóloga y perita Sarubinsky en estos términos: “Tengo el agrado de dirigirme a usted en mi calidad de Fiscal General a cargo de la Agencia de Violencia de Género y Abusos sexuales del Ministerio Público Fiscal de esta circunscripción con el fin de poner su conocimiento inconvenientes suscitados con la Lic. Silvia Sarubinsky…”, comienza el escrito de la que como ella afirma es la máxima responsable de la agencia de violencia de género y abusos sexuales.
Pedido. La fiscal general Alejandra Hernández a cargo de la agencia de violencia de género y abusos sexuales pidió al colegio de abogados de esta ciudad que analicen la situación de la psicóloga Silvia Sarubinsky. El motivo: sus tareas en el ámbito privado que obligan a “reacomodar” el trabajo judicial. Paradójicamente fue la licenciada Sarubinsky quien firmó una pericia en compañía de otra perita, la licenciada Mariana Pastor, prueba suficiente para la fiscalía -el caso estuvo a cargo de la propia Hernández- para intentar archivar una causa sobre abuso sexual infantil. Sin la fiscalía en su rol de acusar, la querella impulsó el expediente que se transformó en la elevación a juicio oral de dos personas por abuso sexual en perjuicio de un menor. Increíble.
Ambos temas, además de delicados, con amplia exposición por la cantidad de femicidios y de abusos sexuales que se suceden, sobre manera a niñas y niños. Es la propia fiscal general quien firma que la licenciada en cuestión no cumple con su trabajo- ligada al Estado- que consiste en otras cosas en participar de las audiencias en la cámara gessel porque la requiere su trabajo -privado- en otro sitio al mismo momento.
¿Repensará la fiscal Hernández que fue la misma licenciada quien firmó la pericia sobre el caso Pirámides en donde ni siquiera se prosiguió con la cámara gessel, interrumpida y vuelta a realizar muuuuuuuuuuuuuuucho tiempo después? Si las leyes no son retraoctivas, al menos sevirá esta carta enviada al colegio de abogados para comprender de quienes dependen situaciones tan sensibles en profesionales que, por lo menos, como sucede en otros espacios en donde se mezcla lo público y lo privado, deciden algo que será determinante para la existencia de las personas?
El otro eje de las coincidencias es el “pulso” que (no) tienen algunos decisores del poder ejecutivo. Es así que tras una resolución del ministerio de educación del área de Supervisión Inicial, en 2017, apartó de su cargo en Puerto Pirámides a la docente Bárbara de Cristófano mientras la justicia estableciera qué aconteció con la denuncia sobre abuso sexual infantil.
La maestra apartada fue recibida por el intendente de Puerto Pirámides Javier Roldán para cumplir tareas en la municipalidad de la villa balnearia.
Ahora, en el amanecer de 2019 y mientras se desarrolle el juicio oral por abuso sexual infantil en contra de su hijo, la docente recibió la buena nueva.
Será titular de un cargo en la céntrica e histórica escuela de Puerto Madryn N° 84, ex 27.

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