El presidente Alberto Fernández defendió las medidas que tomó para contener las infecciones de coronavirus. En especial el aislamiento obligatorio, pese a las consecuencias que genera en la economía por el parate de actividades. "Prefiero tener 10% más de pobres y no 100 mil muertos", afirmó.
Rechazó las críticas de quienes plantean "el dilema entre la economía y la salud" para combatir la enfermedad y consideró que esa posición es "falsa". Dijo que "de la muerte no se vuelve pero de la economía sí", y aseguró que nunca dudó en implementar la cuarentena.
Recordó las medidas económicas que dispuso, como la asistencia a las Pymes para que puedan pagar sueldos y mantener las fuentes de trabajo, y habló de la importancia de generar divisas. "Tengo que preservar que los que puedan producir y exportar, puedan hacerlo. Porque me hacen falta las divisas para comprar respiradores", explicó.
Planteó que los que presentan "el dilema entre la economía y la salud, están diciendo algo falso" y que prefiere "tener 10% más de pobres y no 100 mil muertos por coronavirus", en una entrevista en la residencia de Olivos. "Todo eso lo sigo atendiendo siempre, no lo desatendí nunca", afirmó en relación a la situación económica.
Reconoció que la economía "se está estancando" por las restricciones y afirmó que intentará "que nadie vaya a la quiebra". "Quiero que se sostengan las sectores más pobres y que la crisis no devore a la clase media. Estoy previendo todo eso", indicó.
Indicó que nunca dudó en ordenar la cuarentena y habló de la contención a los adultos mayores, que integran el grupo de riesgo. "No podría vivir en paz sabiendo que, pudiendo evitar una muerte, dejé que esa muerte ocurra", consideró. Sostuvo además que tiene "una sensibilidad especial con los más grandes, porque son los que se muestran más débiles en esta situación".
También habló del escándalo por el proceso de compra de alimentos para distribuir en la población más vulnerable con precios hasta 62% más caros que lo establecido, y que finalmente fue cancelado. Ante esta situación defendió al ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo, al que calificó como "un hombre de una gran honestidad".
Aunque aclaró que "nadie está exento de que haya un pícaro metido, que haga lo que no debe". "Lo que tengo claro es que hubo una situación abusiva, que los que ofertaron fueron abusadores. No sé si corrompieron a alguien. Eso que lo dirima la Justicia y si alguien se corrompió, que lo resuelva quien corresponda", expresó.
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