Lo dijo Arcioni luego de compartir en Comodoro Rivadavia el aniversario del merendero “Una Sonrisa para mi barrio”.
El gobernador Mariano Arcioni compartió este sábado el festejo por el segundo aniversario del merendero “Una Sonrisa para mi barrio” en Comodoro Rivadavia. Se trata de un espacio de contención que nació por iniciativa de los vecinos durante el temporal sufrido por la ciudad hace dos años, y allí el mandatario provincial agradeció “la solidaridad de quienes asisten y acompañan a las familias carenciadas del sector”.
“Me comprometí a venir en el último aniversario y acá estamos compartiendo y una tarde fantástica y maravillosa. Este es el trabajo que viene organizando una familia que se hace de manera muy silenciosa, como ocurre en muchos barrios de toda la provincia. La idea es trabajar, ayudar, colaborar y estar al lado de los niños en momentos en que son muy vulnerables”, sintetizó Arcioni durante su visita al barrio Cerro Solo.
“No es bueno –agregó- que haya cada vez más comedores porque eso es la consecuencia de varias acciones que llevan a esto. Los comedores son más y quizás eso no sea lo correcto pero sí es bueno que haya vecinos dispuestos a ayudar; que aflore siempre la solidaridad y que se pueda brindar como en éste caso la contención que muchas familias por distintas razones, no tienen. Independiente de la necesidad, en un comedor hay reunión y se comparte, hay entretenimiento y alegría. Todas esas cosas se perciben al estar acá y compartir”.
Arcioni compartió el almuerzo y una jornada recreativa con los niños que asisten al Merendero y junto a los vecinos, fue parte de un espacio acondicionado con juegos y números artísticos. Como parte de la celebración, hubo obsequios de huevos y roscas de Pascua elaborados artesanalmente por las responsables de “Una Sonrisa para mi barrio” quienes también transmitieron la necesidad de contar con la ampliación de su espacio físico para continuar con su tarea y ampliar su llegada a las familias necesitadas del sector.
Por su parte, Valeria Santander, impulsora del Merendero en uno de los peores momentos sufridos por la ciudad en materia climatológica, destacó el trabajo silencioso de los vecinos que sostienen el servicio a los niños y adultos de los barrios San Cayetano, Moure y de sectores más alejados como Zona de Quintas y Máximo Abásolo. “Le damos la leche de lunes a viernes, todos vienen a retirar su merienda y los sábados, ofrecemos desayuno y un almuerzo. Si por las tardes se genera alguna actividad, se complementa. Tenemos un total de 110 chicos que vienen de todos los barrios y son entre 70 y 80 los que vienen a comer los fines de semana”.
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