domingo, 26 de mayo de 2019

Una campaña sucia y sin ideas

Dentro de dos domingos, unos 440 mil chubutenses estarán habilitados para elegir al próximo gobernador. Es el universo potencial pero si se tiene en cuenta que a las PASO del 7 de abril sólo fueron a votar 311 mil, nada indica esta vez que los 130 mil electores que no fueron antes vayan a ir ahora.

El dato que permite suponer que no habrá una marea de “nuevos” votos el próximo 9 de junio es la poca expectativa que genera el acto eleccionario en sí. Sobre todo, por el pobre nivel de discusión que vienen exponiendo los principales candidatos a ocupar el sillón de Fontana 50.

Las operaciones en política, sobre todo en tiempos electorales, son anteriores a Mirtha Legrand, si se permite la ironía del calendario gregoriano. El gran cambio que se ha dado en Chubut en este último turno electoral es el uso de la tecnología y las redes sociales (también conocidas con maldad como “redes cloacales”) para instalar temas, “carpetear” a candidatos y funcionarios, y sembrar carne podrida a cada paso.

La divulgación de grabaciones de conversaciones privadas; los videos de celulares que poco dejan ver y entender, menos; y las manifestaciones “espontáneas” de grupos marginales que estaban hibernando hace varios años y curiosamente salen a la calle con bolsas llenas de piedras y garrafas para amenazar con hacerlas explotar, son apenas una muestra del abanico de situaciones poco claras que se están utilizando en este último tramo de la campaña.

El colmo fue la divulgación de una encuesta trucha que, insólitamente, tuvo una desmentida trucha. Para que se entienda: un sector político divulgó datos de una consultora inexistente. Algunos medios la filtraron sin chequear. Entonces, los que aparecían perdiendo por escándalo en esa encuesta falsa hicieron una “contra-operación” con la ayuda de algunos periodistas que nunca faltan, divulgando una desmentida con papel membretado y todo que era menos creíble que la “encuesta”.

Si Rodolfo Walsh se levantara de la tumba, a algunos periodistas les instalaría una zapatería en la parte baja de su espalda.

Estrategias

El gobernador Mariano Arcioni parece tener el camino allanado. Confía en que la diferencia que sacó en las PASO se ratifique y hasta se amplíe. Cree que el candidato de Cambiemos, Gustavo Menna, caerá un poco más aún y esos votos de radicales y macristas desencantados difícilmente vayan a Carlos Linares, el aspirante del Frente Patriótico.

Claro que en el medio hay que seguir gestionando y, lo más importante, pagar más de 40.000 sueldos de empleados públicos. La situación económica y financiera está al límite porque a la enorme masa salarial que hay que juntar todos los meses se le sumaron los retroactivos que alguien dijo que eran pagables y ahora hay que pagar. En Fontana 50 aseguran que no habrá ningún ruido que afecte el camino del gobernador hacia su reelección. En las próximas semanas lo sabremos.

La ventaja que sigue teniendo Arcioni es que el rival a vencer es Linares. Los peronistas que se quedaron de ese lado de la “grieta chubutense” saben que la gesta será difícil y hay varios puntos que complican: por un lado, el candidato en sí mismo. El discurso de Linares no cala en los sectores más peronistas del Valle, el lugar en el que el Frente Patriótico debe levantar la puntería para intentar dar el zarpazo.

Además, no son pocos los que creen que el escándalo de las obras de la emergencia en Comodoro Rivadavia lo compromete tanto a Linares como a su vice, Juan Pablo Luque, y derrite el dedo acusador que el candidato venía levantando contra el Gobierno provincial por las causas de corrupción del dasnevismo.

Pero hay otro tema que la semana pasada se instaló entre los operadores del peronismo trelewense: “Hay que dar todo para que Florencia Papaiani tenga alguna chance contra Adrián Maderna y que del destino de Linares se encargue la gente”, dijeron. La lectura es obvia: el Frente Peronista de César Gustavo Mac Karthy jugará fuerte por la esposa del líder, no por el comodorense que salió a competirle en las PASO a último momento y los dejó afuera. Las sonrisas de las fotos no se repiten en privado, aseguran estos operadores del exvicegobernador.

Ya parece ser un poco tarde para esperar que se levante la puntería en la campaña. Nadie discutió ideas, proyectos, modelos de gestión y mucho menos el futuro de la matriz productiva de Chubut. Lo importante deberá seguir esperando.

Diario Jornada

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