Mucho se hablará de las PASO de quince candidatos en Rawson, pero la realidad es que luego del domingo uno de los precandidatos puede irse feliz a casa con un camino bastante allanado. Ese candidato es Damián Biss.
Si bien en la política todo puede ocurrir, a priori la ventaja que obtuve Biss sumado a que gran parte del voto de Carlos Inocenti seguramente caerá en su propuesta, le da al dirigente radical un cierto margen de tranquilidad para poder diseñar una campaña cercana al vecino y a las instituciones.
Con el diario del lunes y viendo la debacle de Mauricio Macri y el espacio Juntos por el Cambio, la estrategia de Biss de ir en boleta corta sin la presencia del Presidente de la Nación fue la más acertada y posibilitó municipalizar su campaña y su propuesta.
Esa municipalización hizo que en muchos sobres aparecieran las boletas de Alberto Fernández y Damián Biss, demostrando que el voto ya no es una cuestión meramente ideológica sino que hay otros ponderables que deben analizarse en el electorado.
También es verdad que una porción del voto que recaló en Biss es un voto bronca por la delicada situación que vive la ciudad de Rawson, los cuestionamientos a la intendenta Rossana Artero y a la presencia de muchos funcionarios municipales en otras listas que competían a nivel municipal.
Lo cierto es que Biss tiene un piso muy interesante de casi cinco mi votos propios y si sumamos el espacio estamos hablando que tranquilamente podría arrancar con casi siete mil votos de piso, algo que le estaría permitiendo llegar a Moreno 650 y convertirse en el segundo intendente radical elegido por el voto popular en la historia capitalina.
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